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    Lesiones cutáneas benignas

    La eliminación de lesiones cutáneas benignas es un procedimiento realizado para eliminar lesiones no cancerosas en la piel que pueden ser estéticamente molestas o causar incomodidad.  

    Algunas de las lesiones cutáneas benignas comunes que se pueden eliminar incluyen: 

    • Verrugas: Las verrugas son crecimientos de la piel causados por el virus del papiloma humano (VPH). Aunque generalmente son inofensivas, pueden ser contagiosas y causar molestias estéticas o físicas. Las verrugas se pueden eliminar mediante láser. 
    • Fibromas blandos: Los fibromas blandos son crecimientos de tejido conectivo fibroso que son suaves al tacto. Por lo general, son inofensivos y no requieren tratamiento, pero si causan irritación o se encuentran en áreas que causan incomodidad, se pueden eliminar mediante procedimientos como la escisión o el láser. 
    • Queratosis seborreica: Las queratosis seborreicas son lesiones cutáneas benignas que aparecen como manchas marrones o negras con una textura áspera y escamosa. Si causan molestias o se consideran inestéticas, se pueden eliminar mediante procedimientos como el láser o la extirpación quirúrgica. 
    • Hemangiomas /puntos rubí: son dilataciones vasculares benignas que pueden aparecer tanto en la cara como en el cuerpo y las extremidades, se pueden eliminar fácilmente con el láser vascular o con la luz IPL. 

    El método de eliminación de lesiones cutáneas benignas puede variar según el tipo y tamaño de la lesión.  

    El láser es una herramienta eficaz para eliminar lesiones cutáneas benignas de forma precisa y controlada. Los diferentes tipos de láser utilizados en dermatología pueden dirigirse selectivamente a la lesión cutánea, sin dañar el tejido circundante.

    El láser emite una luz intensa que se absorbe selectivamente por el pigmento o el tejido objetivo de la lesión, lo que resulta en su eliminación o destrucción. 

    El proceso de eliminación de lesiones cutáneas benignas con láser generalmente sigue estos pasos: 

    • Evaluación inicial: El Médico evaluará la lesión cutánea para determinar si es benigna y si es adecuada para el tratamiento con láser. Se tomarán en cuenta factores como el tipo de lesión, su ubicación, tamaño y características individuales. 
    • Preparación de la piel: Antes del procedimiento, se limpiará y se preparará adecuadamente la piel para asegurar la eliminación eficaz de la lesión. En algunos casos, se puede aplicar una crema anestésica tópica para minimizar cualquier incomodidad durante el procedimiento. 
    • Aplicación del láser: Durante el procedimiento, se dirigirá el haz de luz láser hacia la lesión cutánea. La energía láser será absorbida por el pigmento o tejido objetivo de la lesión, lo que puede resultar en su calentamiento o destrucción. El tipo de láser utilizado puede variar según la naturaleza de la lesión. 
    • Enfriamiento y protección: Para evitar cualquier daño térmico o molestias excesivas en la piel circundante, se puede utilizar un sistema de enfriamiento o se puede aplicar un dispositivo de enfriamiento sobre la piel antes, durante y después de cada pulso de láser. 
    • Cuidado postoperatorio: Después del procedimiento, se proporcionarán instrucciones sobre el cuidado de la piel, que pueden incluir la aplicación de cremas o ungüentos tópicos para promover la curación y reducir el riesgo de complicaciones. También se pueden recomendar medidas adicionales de protección solar. 

    Es importante tener en cuenta que el número de sesiones de tratamiento requeridas para eliminar completamente una lesión cutánea benigna puede variar según la naturaleza de la lesión y la respuesta individual del paciente al láser.

    Además, es posible que se experimenten efectos secundarios temporales como enrojecimiento, hinchazón o formación de costras en el área tratada, pero éstos generalmente desaparecen en unos pocos días o semanas. 

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